Pasaron 42 días del asesinato de Claudia Dino (28) en la localidad de San Martín de Tours. Según los vecinos del barrio Municipal, fue apuñalada frente a sus cuatro hijos por quien en ese entonces era su pareja, Daniel Omar Salvayot (18), aunque él lo niega rotundamente y asegura que está preso injustamente.
Si es culpable o inocente lo podrá probar durante el tiempo que dure el proceso investigativo, pero mientras tanto los detectives continúan sumando elementos que lo comprometerían.
En esa línea se supo de fuentes confiables que la información obtenida a partir del peritaje en los teléfonos celulares, tanto de la víctima como del presunto victimario, dan cuenta de una relación enfermiza, marcada por los reclamos e intentos de separación que nunca se concretaron, o en todo caso duraban apenas algunos días.
Los mensajes que se mandaron mutuamente previo al crimen fueron rescatados, transcritos y serán anexados al expediente de la causa que está en manos de la titular del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat.
Eso permitió a los investigadores interpretar que las agresiones por esa vía se incrementaron a partir del deceso, durante el parto, del primer hijo que iban a tener juntos puesto que los cuatro hijos que vivían con ella eran fruto de relaciones anteriores.
Vínculo resquebrajado
La información obtenida de los aparatos incautados el día del crimen dieron fuerza al testimonio de sus allegados, que conocían los vaivenes de la relación y desde el principio hablaron de una muerte previsible.
Es que el vínculo se habría resquebrajado tanto que se tornó conflictivo, cargado de reclamos que daban paso a frecuentes peleas, incluso en los espacios que ambos compartían casi con la misma pasión, como la cancha de fútbol.
Los conocedores de su historia coincidieron en que la inesperada muerte del bebé que esperaban potenció las discusiones. “Se destrataban al punto de que ella le contó a una amiga sus intenciones de separarse, de rehacer su vida de una manera tranquila junto a los hijos. Pero después de cada enfrentamiento terminaban juntos”, señalaron.
Tampoco hubo denuncias policiales por violencia doméstica, aunque desde el entorno del acusado aseguran que Dino “lo humillaba, lo golpeaba frente a sus propios amigos”, en tanto que la familia de ella sostiene que “en los ataques de furia que tenía, él (por el acusado) amenazaba con matarla hasta que finalmente cumplió”.
Dicen que Salvayot esperó detrás de un baño tipo letrina a que ella regresara de la iglesia y la atacó sin dar muchas explicaciones.
Pese al tiempo transcurrido los testigos aún no ratificaron sus testimonios en el ámbito judicial. Pretenden hacer una marcha para agilizar los tiempos procesales.
Discusión; luego una puñalada
Dino fue asesinada de una puñalada en el estómago propinada supuestamente por Salvayot. Eso vieron algunos vecinos de la víctima, testigos del brutal ataque.
“Él también empezó a gritarle cosas, intercambiaron insultos y la apuñaló, sin más. Solamente mi teléfono alumbraba algo, pero pude ver cuando le clavó el cuchillo en la panza a mi amiga, por lo que salté encima para frenarlo, pero no pude.
Empezó a tirar cuchillazos para todos lados y hasta esquivé un par. En eso los chicos salieron, comenzaron a gritarle que deje a su mamá, que no la mate, se sumó mi marido a los golpes y tampoco pudo frenarlo. Estaba enceguecido”, detalló María Tachile, vecina de Dino.
Después de matar a la mujer su pareja escapó al monte. Su periplo en la clandestinidad duró alrededor de siete horas, hasta que se entregó.
Deambuló por las casas de parientes contando que había peleado con un tal Negrón y que defendiéndose de un ataque, lo apuñaló.
En la instancia indagatoria Salvayot tenía la oportunidad de defenderse y ratificar la versión inicial que profirió tanto a su familia como a la Policía, pero optó por guardar silencio.
Si es culpable o inocente lo podrá probar durante el tiempo que dure el proceso investigativo, pero mientras tanto los detectives continúan sumando elementos que lo comprometerían.
En esa línea se supo de fuentes confiables que la información obtenida a partir del peritaje en los teléfonos celulares, tanto de la víctima como del presunto victimario, dan cuenta de una relación enfermiza, marcada por los reclamos e intentos de separación que nunca se concretaron, o en todo caso duraban apenas algunos días.
Los mensajes que se mandaron mutuamente previo al crimen fueron rescatados, transcritos y serán anexados al expediente de la causa que está en manos de la titular del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, Alba Kunzmann de Gauchat.
Eso permitió a los investigadores interpretar que las agresiones por esa vía se incrementaron a partir del deceso, durante el parto, del primer hijo que iban a tener juntos puesto que los cuatro hijos que vivían con ella eran fruto de relaciones anteriores.
Vínculo resquebrajado
La información obtenida de los aparatos incautados el día del crimen dieron fuerza al testimonio de sus allegados, que conocían los vaivenes de la relación y desde el principio hablaron de una muerte previsible.
Es que el vínculo se habría resquebrajado tanto que se tornó conflictivo, cargado de reclamos que daban paso a frecuentes peleas, incluso en los espacios que ambos compartían casi con la misma pasión, como la cancha de fútbol.
Los conocedores de su historia coincidieron en que la inesperada muerte del bebé que esperaban potenció las discusiones. “Se destrataban al punto de que ella le contó a una amiga sus intenciones de separarse, de rehacer su vida de una manera tranquila junto a los hijos. Pero después de cada enfrentamiento terminaban juntos”, señalaron.
Tampoco hubo denuncias policiales por violencia doméstica, aunque desde el entorno del acusado aseguran que Dino “lo humillaba, lo golpeaba frente a sus propios amigos”, en tanto que la familia de ella sostiene que “en los ataques de furia que tenía, él (por el acusado) amenazaba con matarla hasta que finalmente cumplió”.
Dicen que Salvayot esperó detrás de un baño tipo letrina a que ella regresara de la iglesia y la atacó sin dar muchas explicaciones.
Pese al tiempo transcurrido los testigos aún no ratificaron sus testimonios en el ámbito judicial. Pretenden hacer una marcha para agilizar los tiempos procesales.
Discusión; luego una puñalada
Dino fue asesinada de una puñalada en el estómago propinada supuestamente por Salvayot. Eso vieron algunos vecinos de la víctima, testigos del brutal ataque.
“Él también empezó a gritarle cosas, intercambiaron insultos y la apuñaló, sin más. Solamente mi teléfono alumbraba algo, pero pude ver cuando le clavó el cuchillo en la panza a mi amiga, por lo que salté encima para frenarlo, pero no pude.
Empezó a tirar cuchillazos para todos lados y hasta esquivé un par. En eso los chicos salieron, comenzaron a gritarle que deje a su mamá, que no la mate, se sumó mi marido a los golpes y tampoco pudo frenarlo. Estaba enceguecido”, detalló María Tachile, vecina de Dino.
Después de matar a la mujer su pareja escapó al monte. Su periplo en la clandestinidad duró alrededor de siete horas, hasta que se entregó.
Deambuló por las casas de parientes contando que había peleado con un tal Negrón y que defendiéndose de un ataque, lo apuñaló.
En la instancia indagatoria Salvayot tenía la oportunidad de defenderse y ratificar la versión inicial que profirió tanto a su familia como a la Policía, pero optó por guardar silencio.
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