El misionero acusado de maniatar, violar y robar a una anciana de 85 años en un barrio de La Plata rompió el silencio. No ante las autoridades judiciales que investigan los delitos que presuntamente cometió, sino ante su madre, que viajó desde la localidad de Azara para pedirle explicaciones en la celda de la dependencia policial bonaerense donde permanece privado de su libertad.
Según ella, en una declaración personal -que carece de validez judicial- su hijo reconoció que estuvo en la casa de la víctima esa madrugada cuando se cometió el atraco pero negó rotundamente haber cometido el abuso sexual, pasando la autoría del hecho a otro misionero que supuestamente estaba de paso en esa ciudad debido a que pertenecería a una fuerza federal y estaría de vacaciones.
No sólo acusó a éste -según la progenitora-, sino a un tercer sospechoso que habría participado en el violento robo. Los dos están en la mira de la DDI de la Policía de Buenos Aires, aunque solamente uno fue identificado y pesa sobre su espalda un pedido de captura, en tanto que el otro aparece con un rol protagónico aparentemente secundario.
“Está angustiado, me aseguró que es inocente, que no cometió eso que le acusan. No violó a la señora, como salió en todos los medios.
Me reconoció que su error fue acompañarlos (a los otros sospechosos) a esa propiedad donde se cometió el robo, pero no tuvo participación directa”, explicó Patricia Makusen a El Territorio.
La mamá de Matías Y. (20) describió que en esa charla que tuvieron, el joven acusó “a un soldado que trabaja en Apóstoles, a quien conoce desde hace tiempo.
Estuvo en La Plata algunos días antes del hecho hasta que nadie más supo su paradero porque escapó. Me juró que ese hombre junto a otro chico del mismo barrio La Usina fueron los abusadores y le creo, sé que no me miente porque está asustado por todo esto que está pasando”.
En consonancia con eso agregó que su hijo “está imputado únicamente por robo y tenencia ilegal de arma de fuego, por el revólver que encontraron en su casa, pero no por abuso”.
Este matutino pudo averiguar que la imputación que pesa sobre el joven incluye abuso sexual con acceso carnal, por lo que judicialmente se dispuso que permanezca detenido hasta que el magistrado interviniente tenga en su poder los informes de las pericias genéticas que ordenó realizar en base a las muestras levantadas en la escena del hecho.
Trabajador temporario
De acuerdo a lo que confirmó Makusen, el joven nació y se crió hasta la adolescencia en la localidad de Tres Capones, después ambos se mudaron a Azara, pero hace alrededor de cuatro años abandonó esta provincia para asentarse definitivamente en el interior bonaerense con intenciones de encontrar un empleo formal para colaborar económicamente con ellos.
Fue recibido inicialmente por la abuela paterna con la que tuvo una serie de desencuentros y decidió alquilar una pieza en la propiedad de un conocido, sobre calle 529 (entre 146 y 147) del barrio La Usina, donde fue detenido el jueves de la semana pasada.
Sobrevivía haciendo changas y de esa forma conoció a la anciana, a la que presuntamente violó en complicidad con los otros dos hombres. La víctima le daba trabajos temporales en su casa, le tomó cariño y confiaba mucho en él, dicen los investigadores, que creen que eso fue aprovechado para hacer una copia de la llave de una de las puertas traseras del inmueble e ingresar a la madrugada sin ejercer violencia.
Los detectives que llegaron al misionero reconstruyeron que éste la despertó con una linterna, la violó y luego escapó con el teléfono celular y un televisor que pretendió comercializar por redes sociales.
En su denuncia la octogenaria aseguró que nunca vio la cara del abusador porque estaba cubierto con una capucha negra, pero su tonada lo delató.
Las cámaras de seguridad de una propiedad privada cercana a la de la anciana detectaron la fuga del sospechoso en bicicleta y en la casa del acusado incautaron un rodado de similares características y un buzo con capucha de color negro, lo que fue sumado como evidencia. En el allanamiento encontraron el revólver del cual no pudo justificar su tenencia.
“Como mamá estoy dolida porque no eduqué a mi hijo como delincuente. Por eso buscaré demostrar su inocencia y en paralelo que se sepa la verdad con el violador detenido”, aseguró Makusen, quien consideró “injusto que lo hayan escrachado a mi hijo de esa forma”.
En la víspera la mujer se reunió con la defensora oficial, a quien habría manifestado las intenciones del acusado de ampliar su indagatoria después de negarse a declarar en un primer momento.
Según ella, en una declaración personal -que carece de validez judicial- su hijo reconoció que estuvo en la casa de la víctima esa madrugada cuando se cometió el atraco pero negó rotundamente haber cometido el abuso sexual, pasando la autoría del hecho a otro misionero que supuestamente estaba de paso en esa ciudad debido a que pertenecería a una fuerza federal y estaría de vacaciones.
No sólo acusó a éste -según la progenitora-, sino a un tercer sospechoso que habría participado en el violento robo. Los dos están en la mira de la DDI de la Policía de Buenos Aires, aunque solamente uno fue identificado y pesa sobre su espalda un pedido de captura, en tanto que el otro aparece con un rol protagónico aparentemente secundario.
“Está angustiado, me aseguró que es inocente, que no cometió eso que le acusan. No violó a la señora, como salió en todos los medios.
Me reconoció que su error fue acompañarlos (a los otros sospechosos) a esa propiedad donde se cometió el robo, pero no tuvo participación directa”, explicó Patricia Makusen a El Territorio.
La mamá de Matías Y. (20) describió que en esa charla que tuvieron, el joven acusó “a un soldado que trabaja en Apóstoles, a quien conoce desde hace tiempo.
Estuvo en La Plata algunos días antes del hecho hasta que nadie más supo su paradero porque escapó. Me juró que ese hombre junto a otro chico del mismo barrio La Usina fueron los abusadores y le creo, sé que no me miente porque está asustado por todo esto que está pasando”.
En consonancia con eso agregó que su hijo “está imputado únicamente por robo y tenencia ilegal de arma de fuego, por el revólver que encontraron en su casa, pero no por abuso”.
Este matutino pudo averiguar que la imputación que pesa sobre el joven incluye abuso sexual con acceso carnal, por lo que judicialmente se dispuso que permanezca detenido hasta que el magistrado interviniente tenga en su poder los informes de las pericias genéticas que ordenó realizar en base a las muestras levantadas en la escena del hecho.
Trabajador temporario
De acuerdo a lo que confirmó Makusen, el joven nació y se crió hasta la adolescencia en la localidad de Tres Capones, después ambos se mudaron a Azara, pero hace alrededor de cuatro años abandonó esta provincia para asentarse definitivamente en el interior bonaerense con intenciones de encontrar un empleo formal para colaborar económicamente con ellos.
Fue recibido inicialmente por la abuela paterna con la que tuvo una serie de desencuentros y decidió alquilar una pieza en la propiedad de un conocido, sobre calle 529 (entre 146 y 147) del barrio La Usina, donde fue detenido el jueves de la semana pasada.
Sobrevivía haciendo changas y de esa forma conoció a la anciana, a la que presuntamente violó en complicidad con los otros dos hombres. La víctima le daba trabajos temporales en su casa, le tomó cariño y confiaba mucho en él, dicen los investigadores, que creen que eso fue aprovechado para hacer una copia de la llave de una de las puertas traseras del inmueble e ingresar a la madrugada sin ejercer violencia.
Los detectives que llegaron al misionero reconstruyeron que éste la despertó con una linterna, la violó y luego escapó con el teléfono celular y un televisor que pretendió comercializar por redes sociales.
En su denuncia la octogenaria aseguró que nunca vio la cara del abusador porque estaba cubierto con una capucha negra, pero su tonada lo delató.
Las cámaras de seguridad de una propiedad privada cercana a la de la anciana detectaron la fuga del sospechoso en bicicleta y en la casa del acusado incautaron un rodado de similares características y un buzo con capucha de color negro, lo que fue sumado como evidencia. En el allanamiento encontraron el revólver del cual no pudo justificar su tenencia.
“Como mamá estoy dolida porque no eduqué a mi hijo como delincuente. Por eso buscaré demostrar su inocencia y en paralelo que se sepa la verdad con el violador detenido”, aseguró Makusen, quien consideró “injusto que lo hayan escrachado a mi hijo de esa forma”.
En la víspera la mujer se reunió con la defensora oficial, a quien habría manifestado las intenciones del acusado de ampliar su indagatoria después de negarse a declarar en un primer momento.
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